¿Buen estudiante es el que saca buenas notas?

Siempre nos hacemos la pregunta de qué es ser un buen profesor, pero raramente nos planteamos qué es ser un buen estudiante. Por lo general, se considera que un buen estudiante es el que tiene buenas notas, el que saca notables y sobresalientes y ello conduce a que se le considere inteligente.

Si preguntamos a la gente qué es ser un buen estudiante, quiénes son buenos estudiantes, si son los que sacan buenas notas, o los estudiantes que respetan las reglas y cumplen con las tareas; o aquellos que se esfuerzan, se interesan y están motivados por aprender; o los que leen y escriben y lo hacen con gusto y por propia iniciativa; o si los buenos estudiantes son aquellos que buscan información e investigan por su cuenta más allá de lo enseñado en clase; o los que colaboran y comparten: los que rechazan la violencia y son buenos compañeros; seguramente la mayoría de las personas elegirá la primera opción: un buen estudiante es aquel que saca buenas notas.

El valor que se les da a las notas está tan establecido que incluso se considera equivalente ser buen estudiante y sacar buenas notas. Ahora bien, verdaderamente una nota puede decir muy poco acerca de lo que es, sabe y sabe hacer un estudiante y, menos aún, revela inteligencia. Hay malos estudiantes que sacan un diez y buenos estudiantes que sacan un cuatro. Una prueba mide apenas una pequeña parte de lo que sabe una persona. Además, quizás esté mal elaborada o mal aplicada, y no ser adecuada para lo que se pretende medir o evaluar, y la mayoría de las veces de nada le sirve al estudiante pedir la revisión del examen.

Por otro lado, estudiantes inteligentes y creativos, en ocasiones, son los que peor se llevan con el sistema escolar, no logran adaptarse y abandonan los estudios. Hay muchos ejemplos de célebres intelectuales, científicos y artistas que han sido considerados malos estudiantes por sacar malas notas. Además, la distracción no necesariamente revela desinterés. Los distraídos, al contrario, pueden ser imaginativos.

En resumen, sacar un diez o sacar un cuatro es engañoso como criterio para definir al buen o mal estudiante, o para medir el aprendizaje, la inteligencia y el talento. Las cualidades que forman al buen estudiante —al que estudia con el propósito de aprender— deberían incluir su motivación, su curiosidad, su esfuerzo, su interés por la lectura y la escritura, su capacidad crítica, su autonomía, su calidad humana y su empatía con los demás.